LEONARDO PADRÓN : “quiero ejercer el milagro de la vida de la mejor manera posible”

Detrás de su barba desordenada combinada con su cabello platinado, intentando asomar al sabio que allí se esconde, descansa también el niño curioso, habido de escrudiñar entre los seres humanos historias sin contar, para luego narrárselas al escritor que está en su pluma, y compartirlas con todos los que estamos enamorados de su verbo. Leonardo Padrón es una historia en muchas, oírlo es embelesante y a ratos frustrante, pues al escuchar su amor por los detalles de la vida, uno se da cuenta de todo lo que nos hemos perdido, y es entonces cuando le permitimos que a través de sus personajes, nos invite a vivir lo que nosotros no nos hemos atrevido.

Esa es una palabra a la que le tengo un inmenso respeto, pues en sí misma entraña una cantidad de valores, sobre todo una actitud ante la vida. Postula una sensibilidad especial para relacionarse con los demás, que no se relaciona sólo con lo femenino, se es caballero también ante los demás caballeros. Es una manera de honrar la premisa de la nobleza, de la cortesía, de la honestidad, de las buenas maneras, de ser genuino y sobre todo de la capacidad de conectarte con el otro, del interés en el prójimo. Es una palabra que pareciera un arcaísmo actualmente, porque uno siente que la vida tiene cada vez menos reglas, y ser caballero implica unas reglas, que son más hermosas que rígidas. Ser caballero va más allá de celebrar la belleza de una mujer, o de abrir una puerta o de tener la palabra gracias en la boca, incluso va cosido a una sonrisa en el espíritu.

La primera manera debería ser poner en juego la palabra caballerosidad, para rescatar su uso, incluso volverla a poner de moda. Luego se podría generar reacciones colectiva a propósito de lo que implica ser un caballero. Jugar a descubrir cuánta vigencia tiene ese concepto en la sociedad actual, y qué opina la gente joven que es donde yo creo que hay que permear más el concepto. Lo importante es desembarazarla del estereotipo y acercarla al arquetipo.

Básicamente es un asunto de actitud, se puede ser caballero con mucha humildad en el bolsillo, inclusive la humildad es parte de ser caballero. Un personaje soberbio y arrogante dista mucho de ser caballero. Pero la información cultural juega un papel importante. Así como para ser poeta no es necesario estudiar literatura, y he visto campesinos con mirada de poetas, creo que en cualquier barrio de Caracas te puedes tropezar a un caballero, porque el ser caballero es un estilo de vida, como si el espíritu estuviese absolutamente invadido por la cortesía.

El poder hacer uso del tiempo como realmente quiero, no ser víctima del tiempo. Yo siento que triunfo en ciertos momentos cuando puedo a las 4 de la tarde agarrar un libro y acostarme en la hamaca y reencontrarme un rato con la literatura. Para mí un lujo es disfrutar de mis hijos realmente.

Creo que sería un personaje que sería un poco la antítesis del caos y la violencia, una personaje que construyera la serenidad en su forma de ser. Seria calmo, sereno, reflexivo, alguien que disfrutara del sabor de las palabas, que la impactara descubrir palabras nuevas todos los días, con un excelente vocabulario, alguien que amara los libros. Una condición sinequanon de un caballero es que debe celebrar lo femenino como uno de los eventos más imprescindibles y fastuosos del planeta. Debe ser devoto de lo femenino. Debe tener su toque de Ghandi y su poquito de Chaplin, debe tener mucha ternura.

César Miguel Rondón, porque lo es totalmente y más allá del privilegio de su amistad, es un tipazo, de una nobleza de espíritu inmensa, es un amigo muy leal. Es correcto. Sería muy difícil ver a César Miguel actuando de la forma equivocada, tanto en público como en privado. Un tipo correcto que no significa que sea aburrido, eso si sería mortal. El caballero no debe ser sinónimo de aburrimiento.

Suelo tener una permanente vigilia sobre el mundo. A mi me abisma y me conmueve la condición humana. Respeto inmensamente al ser humano, desde el jardinero hasta el más encaramado en su titulo social. Estoy particularmente proclive a escuchar a los demás, Ejerzo la sensibilidad 24 horas al día. Me doy cuenta que todavía vuelan guacamayas en Caracas y estoy muy pendiente de los humores del Ávila. Trato de entrar en contacto específico con la gente, si estoy en una reunión social me llevo pequeños tesoros de las personas con las que compartí, Tengo sed permanente del mundo. Soy un espía noble de la realidad, buscando lo que me alimente, Ando empecinado en ser mejor ser humano que el día anterior.

El ser humano es un punto de llegada y un punto de partida. Ser humano no es solo nacer, ser y existir, Lograr serlo es una meta. Para mí ser mejor ser humano que el día anterior es mucho más meritorio que ser mejor escritor, o músico o lo que sea. Yo quiero ejercer el milagro de la vida de la mejor manera posible, sabiendo que es un manuscrito lleno de errores, pero quiero que el mío sea lo más genuino y lo más apasionado posible,

El valor es algo intangible. Hay que armarse de valor para superarse a si mismo. Valor es tener acertividad para procesar los distintos obstáculos de la vida que tienen muchísimos rostros. El valor implica saber reconocer tus errores, el ser humano se evade mucho, Debe tenerse valor para mirarse al espejo.

Le tengo alergia a la envidia y también a aquellos que no han sido capaces de tener una personalidad propia. La gente vacua me decepciona.

Los inteligentes me exaltan y un ser humano con sentido del humor, que es casi una consecuencia del otro. Para mí son dos elementos absolutamente admirables en el ser humano,