Talento, experiencia y honestidad se conjugan para ofrecer un servicio que garantiza el mantenimiento y la recuperación de sus más objetos más preciados

 

 

Entrar al taller de Jorge Pardo es como ingresar a una galería. Un lugar donde confluyen manifestaciones artísticas de todos los tiempos, antiguas y modernas; y de todas las culturas, desde la venezolana hasta la nipona. El detalle está en que todos esos objetos están allí para recobrar, en las manos del experimentado restaurador, su integridad estética. Pardo hace su trabajo siempre consciente de que se trata, en su gran mayoría, de piezas que por su antigüedad requieren de un proceso pausado y minucioso para su recuperación, respetando siempre la intención original del autor, y el valor sentimental y económico que tienen para sus dueños.

El talento para el arte, Jorge Pardo lo lleva en los genes. En su Barranquilla natal realizó estudios libres de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes, pero asegura que su hogar fue la mejor escuela. “Esto es un oficio de familia”, afirma. Su madre desde pequeño lo involucró en las faenas de la restauración que ella, a su vez, aprendió de su progenitora. Siendo todavía muy joven, Pardo al igual que muchos colombianos, se decidió a probar suerte en este “gran país”, como se refiere a Venezuela. A su llegada empezó a trabajar en la tienda de arte del francés Seimour Godefroig. Allí conoció a quien se convertiría en la mejor promotora de su talento, la ex primera dama Alicia Pietri de Caldera quien lo recomendó con su selecto círculo de amistades.

La fama del talento de Jorge Pardo fue trascendiendo a tal punto que realizó, en varias oportunidades, trabajos de restauración y mantenimiento en obras que forman parte del patrimonio cultural e histórico de la Nación. Durante los gobiernos de los ex presidentes Rafael Caldera, Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi, Pardo restauró, entre otras obras, las 28 lámparas que adornan los techos del Círculo Militar que datan de la época del General Pérez Jiménez y las piezas de bronce, traídas de Europa, que encontramos en sus pasillos. Las pinturas del Fuerte Tiuna que ilustran las batallas independentistas de la región también requirieron de sus servicios. Su último trabajo para el Estado fue la limpieza de los monumentos del Panteón Nacional y de la parte externa del sarcófago del Libertador, Simón Bolívar.

Desde hace 32 años Pardo abrió su taller en la calle París de Las Mercedes. Por sus manos han pasado obras de grandes artistas nacionales como Tito Salas, Juan Urbina, Luis Felipe Quintanilla; y foráneos como Sergio Bustamante, uno de los artesanos mexicanos más conocidos en la actualidad. Las piezas más antiguas que ha trabajado corresponden a íconos de madera pintados a mano por allá en 1.802, provenientes de la ciudad rusa de Kazán. También le ha dedicado parte de su trabajo al Arte Religioso; la Catedral de Caracas, con sus obras de gran valor, requirió de su talento para el mantenimiento y restauración de imágenes y figuras.  Así como iglesias que solicitan sus servicios para altares de gran tamaño.

Durante una corta estadía en los Estados Unidos, el restaurador Jorge Pardo realizó trabajos para la galería Illum Fine Art & Antiques ubicada en la ciudad de Miami. En Argentina, lo hizo en la galería El Cristal ubicada en la avenida Cabildo, principal núcleo comercial del exclusivo barrio bonaerense de Belgrano. En Caracas, las galerías Garbo y Casa Napoleón así como la Poseidón en la isla de Margarita, han requerido en varias oportunidades de sus servicios. A la hora de hablar de materiales pareciera que ninguno se resiste al talento de Pardo; trabaja con igual habilidad piezas en alabastro, mármol, marfil, laminillas de oro, acero y bronce; así como papiros y adornos en papel maché. De los muebles y marcos no importa el estilo, puede ser el Sheraton, Rococó, Luis XV o el Gótico.  

A las lámparas les devuelve no sólo su belleza sino también su funcionalidad. La Tiffany, con más de 150 años, que engalana la sede del Country Club pasó por sus laboriosas manos. Piezas exquisitas de Baccarat y Bohemía, así como las famosas porcelanas Rosenthal, Dresden, Bavaria y Meissen, también son cuidadosamente trabajadas por el restaurador quien se mantiene al día con las nuevas técnicas y materiales disponibles para llevar a cabo su oficio.  

Pardo advierte que no se debe esperar al evidente deterioro de la pieza para acudir a los servicios de un restaurador. Recomienda aplicar, cada cierto tiempo, tratamientos preventivos que pongan freno a los efectos que un clima tropical como el nuestro puede provocar en pinturas, esculturas y muebles; aunado al daño producto de la acción del polvo, los parásitos y el excremento de insectos. Estos tratamientos, que también ofrece en su taller, ayudan a la preservación y conservación de la pieza.  

Coordenadas:

El taller del restaurador Jorge Pardo está ubicado en la calle París entre Trinidad y Nueva York, Edificio Mikolxa, planta baja, Las Mercedes. Sus teléfonos son el 0212 993 0579, 0212 991 8028 y 0412 269 9949.