Caracas recibió una muestra de tradición proveniente de Escocia. Se trata de Haig Supreme, un blend fino, auténtico y de suavidad suprema, elaborado con whiskies madurados en barricas de roble europeo.

Este nuevo scotch, fue creado en homenaje a la familia Haig, que lleva casi 400 años de historia en la elaboración de whisky, motivo por el cual los creadores de Dimple decidieron reconocer su trayectoria.

La calidad de Haig Supreme, fue reconocida recientemente en el San Francisco World Spirits 2011, al obtener medalla de oro en su categoría. Esta es la primera competencia internacional que premia la excelencia de bebidas alcohólicas en el mundo, que se desarrolla cada año en los Estados Unidos.  

El aroma distintivo de este blend inicia con un dejo de madera, dando rápidamente paso al olor a fruta fresca y caramelo. Su apariencia seduce gracias a su color ámbar dorado, deleitando al paladar con un toque dulce a melón y mandarinas, con final seco y ahumado.

El lanzamiento de Haig Supreme en Venezuela, sirvió para consolidar la impecable imagen de esta familia de destilados, que se han mantenido vigentes a través del tiempo y donde ahora el consumidor venezolano tendrá el privilegio de contar con un whisky de tradición, calidad y perfección.

La historia detrás de cada botella
La familia destiladora Haig posee el patrimonio con más trayectoria en la historia de la fabricación del whisky escocés. Comienza a mediados del siglo XII, cuando Petrus de Hage, un caballero normando, se mudó a tierras bajas de Escocia y edificó un Castillo en la orilla del río Tweed. En 1627, Robert Haig, un descendiente directo de Petrus, comenzó a cultivar granos en el distrito de Stirlingshire, dando paso a la destilación de whisky de su propio grano. Al principio solamente para su familia. Su entusiasmo e interés por destilar progresó y ya era tan grande que viajó a Holanda, al centro artesanal de ese tiempo, para mejorar su técnica.

La pasión por la producción de whisky fue transmitida por las generaciones y durante el siglo XVIII, los miembros de la familia ya operaban numerosas destilerías y fueron los encargados de la producción comercial de whisky. En 1802 nació John Haig, como su padre y efectivamente todas las generaciones anteriores, él se apasionó por esta tradición.

En 1824, cuando sólo contaba con 22 años, John Haig construyó su propia destilería en Cameronbridge, utilizando el uso de la máquina de destilación continua (continuos still) para producir whisky de grano de calidad consistente. Esto le permitió desarrollar mezclas distinguidas de grano y malta; el cual le dio como resultado un blend aclamado en el mundo. Otorgándole a Haig la orden oficial del whisky escocés de la “House of Lords” del Parlamento Británico.  

En 1908 y 1911, George V le dio la orden Casa Real a la destilería de Haig, haciéndose acreedora de muchos homenajes a través del tiempo. Hoy en día gracias a esos valores familiares y para conservar esa tradición, se hizo Haig Supreme, un whisky escocés mezclado de auténtica fineza y suavidad suprema.