El Barcelona culmina una semana para olvidar, tras su eliminación en Champions, con una derrota en su partido de Liga ante el Valencia por 1-2 , que da una emoción inesperada a la Liga a falta de cinco jornadas para que finalice, tras las victorias del Atlético y Real Madrid.


El conjunto de Luis Enrique Martínez mandó al limbo toda la ventaja que hacía bien poco tenía y con ello alimentó hasta el infinito las opciones de los equipos madrileños, a la vez que agrandó la herida abierta y profundizada en la Champions y encadenó su cuarto partido liguero sin ganar, con tres derrotas seguidas.

Messi marcó su gol 500

Mejoró el conjunto barcelonista respecto a sus anteriores comparecencias, pero entre su falta de acierto y la gran actuación del meta brasileño Diego Alves el panorama volvió a derivar en derrota. El Valencia, renacido con Pako Ayestarán en el banquillo y ya sin el miedo de hace poco por la cercanía de la zona roja, se resguardó en el acierto de su guardameta, en su trabajo defensivo y en las salidas a la contra.

Un autogol del croata Ivan Rakitic cuando trataba de parar un centro del brasileño Guilherme Siqueira (m.26) y un tanto de Santi Mina en la prolongación del primer tiempo, volvieron a encender la luz roja en el Camp Nou.

Diego Alves había sido un muro y lo siguió siendo aunque no pudo evitar el gol 500 de Leo Messi (m.63), que dio algo de luz al Barcelona. Su acoso permanente y constante no encontró el premio ante un Valencia que supo sufrir pero no así sentenciar en las ocasiones que tuvo al contragolpe.

El Real Madrid había cumplido con su parte el sábado al golear en Getafe (1-5) y el Atlético hizo lo propio justo antes al imponerse con claridad al Granada (3-0), lo que sitúa a los de Simeone a la altura de los azulgrana y a los de Zidane a un punto de ambos