San Valentín flechó a nuestros talentos


El amor llega de diferentes maneras: a primera vista, por casualidad y hasta en medio de momentos donde la risa es la protagonista, así fue el flechazo que recibió la animadora de La Bomba, convirtiéndose en el momento donde empezó a nacer el amor hacia su actual pareja Alexander, a quien define como un ser “inteligente, curioso y hasta aventurero”.

Si algo tiene Charyl Chacón como rasgo indiscutible es su sonrisa, esa que todas las mañanas brinda a los seguidores del programa La Bomba, transmitido por Televen desde las 11 de la mañana.

La joven animadora dice estar ansiosa por celebrar el Día del Amor junto a su novio y confiesa que es fiel creyente del sentimiento que mueve al mundo, fundamentado principalmente en el apoyo mutuo del uno hacia el otro.

Aunque su pareja no es cercano al medio del espectáculo Charyl asegura que es uno de sus fanáticos favoritos. Hoy nos cuenta un poco más sobre sus días junto a Alexander.

¿Cómo describes al amor?

-Para mí el amor es sinónimo de tranquilidad, comprensión, confianza y libertad.

¿Celebras el día de San Valentín?

-Sí, generalmente salimos a cenar a algún lugar que no conozca. Conversamos y recordamos momentos.

¿Cómo llegó el flechazo de Cupido?

– Yo actuaba en una obra donde tenía que interactuar con el público, en ese momento me tocó hacer de una chica de la mala vida (risas) y él fue a verla con su familia, su mamá se acercó a decirme que por favor le echara broma a su hijo que estaba sentado en una mesa, y así, así comenzó todo.

Entonces fue amor a primera vista…

-Opino que no, solo fue el primer paso, luego nos fuimos conociendo poco a poco y también hemos madurado juntos.

De los dos quién es el más romántico…

-¿La verdad? Ninguno de los dos (risas).

Y el mejor regalo que te ha dado un 14 de febrero…

-El mejor regalo que me ha dado ha sido su incondicionalidad, en las buenas y en las malas.

A él cómo lo describirías

-Inteligente, curioso, amable, aventurero y leal.

Supimos que se decían “Mandy”…

-Cierto. Es porque desde que me conoció dice que tengo una sonrisa particular. Dice que me rio como una comiquita de un tiburón que toca la batería que se llama Mandybulin (risas) por eso desde ahí me dice Mandy, y pues yo también a él.