El magistrado Larry Seidlin, famoso por la forma poco convencional en que juzgó el caso de la model, sostiene en un libro que probablemente se trató de un homicidio

El libro, «The Killing of Anna Nicole Smith», publicado por la editorial Transit, saldrá a la venta mañana martes, y en él Seidlin, su autor, apunta a que se trató probablemente de un homicidio sin premeditación.

El juez de Fort Lauderdale (norte de Miami) se muestra en la obra especialmente crítico con el abogado y amigo íntimo de Smith, Howard K. Stern, y con las investigaciones realizadas por la policía sobre la muerte de la modelo, aunque no ofrece pruebas que confirmen que se trató de un homicidio.

«Los que lo permitieron (la muerte de Smith) deben ser castigados (…) Él (Stern) estaba con ella todos los días. ¿Qué te parece si la hubiera mantenido alejada de las drogas mientras estaba viva?», se preguntó Seidlin en referencia a Stern, según recoge el diario The Miami Herald.

En el libro, Seidlin sostiene que «Stern ejercía un gran control sobre Anna Nicole manteniendo y examinando su deseo y adicción a las drogas».

Seidlin tuvo que decidir en un tribunal del condado de Broward el lugar donde debía ser sepultada la ex chica Playboy después de morir a los 39 años en febrero de 2007, por una combinación accidental de nueve medicamentos combinados.

Al emitir una resolución sobre el caso sollozó estrepitosamente mientras anunciaba que ordenaba entregar el cadáver de Smith al guardián de la hija menor de ésta para que decidiera dónde sepultarlo.

La muerte de Smith fue el último capítulo de una vida tumultuosa que incluyó su matrimonio con el multimillonario J. Howard Marshall y sus batallas legales en defensa de la herencia que le dejó este octogenario magnate del petróleo.

Los juicios continuaron para determinar el lugar en el que la heredera sería enterrada, así como la paternidad y custodia de su única hija, Danielynn, ahora en manos de Larry Birkhead, padre de la niña.

Sus restos mortales recibieron sepultura un mes después en las Bahamas, junto a la tumba de su hijo, Daniel, quien había fallecido en septiembre del año anterior al fallecimiento de Smith.

La muerte de la celebridad fue precedido por una investigación de dos años en la que se rastrearon las drogas encontradas en el cuerpo de Smith, un proceso que concluyó con sospechas sobre Stern y dos médicos por presuntamente suministrarle drogas a ella.

Fuente: EFE