Amy Winehouse, la diva del soul y el jazz cuyos hábitos autodestructivos frecuentemente opacaron su talento
musical, fue encontada muerta este sábado en su casa de Londres. Tenía 27 años de edad.
Winehouse se disparó al estrellato con el album «Back to Black», cuya mezlca de jazz, soul, rock y pop clásico fue un éxito global. Ganó cinco premios Grammy e hizo de Winehouse, con su particular peinado y sus tatuajes de marinero, uno de los íconos más reconocidos de la música mundial.
La policía confirmó que una mujer de 27 años fue pronunciada muerta en el domicilio de Camden Square, norte de Londres; la causa de muerte aún no ha sido informada. Los servicios de ambulancia de Londres dijeron que Winehouse murió antes que las dos ambulancias que fueorn enviadas a su casa llegaran a tiempo.
«No empecé buscando ser famosa,» dijo Winehouse a la AP cuando «Back to Black» salió al mercado. «Sólo soy una cantante.»
Al final, su música fue opacada por su fama y por sus demonios internos. Los diarios sensacionalistas siguieron de cerca sus erraticas apariciones en el escenario, peleas callejeras en estado de embriaguez y pasos por hospitales y centros de rehabilitación. Su desempeño en el escenario eran desastrosas, observadas a través de todo el mundo en internet.
Su salud siempre apareció frágil. En junio de 2008 y de nuevo en abril de 2010 fue llevada a un hospital y tratada por heridas sufridas tras desmayarse y caerse en su casa.
Su padre dijo que había desarrollado enfisema pulmonar a causa de fumar cigarrillos y crack, a pesar que su vocero después dijo que Winehouse sólo tenía señales de lo que podía ser enfisema.
Dejó el hospital para cantar en el cumpleaños número 90 de Nelson Mandela en Hyde Park en junio de 2008 y en el festival de Glastonbury el día siguiente, donde fue recibida con mucho cariño pero tuvo un altercado con un asistente. De ahí volvió a Londres para continuar con su vida de excesos, música y tratamientos que marcaron su carrera.
AP