Miguel Ángel (José Ángel Llamas) y Laura (Gabriela Vergara), son un matrimonio que está a punto de desmoronarse, cuyas discusiones giran en relación al tema de la descendencia, pues Laura que es una mujer frívola y alcohólica que se ha negado a tener hijos por no perder su figura ahora es estéril tras un aborto provocado.
En una de las continuas discusiones, Laura sufre una crisis que la lleva al mismo hospital donde la madre de Angélica se recupera de un problema cardíaco. El destino hace que Laura y Angélica se conozcan. Laura se entera de la enfermedad de la mamá de Angélica y de sus problemas económicos y aprovechándose de la situación por la cual atraviesa, le propone ser la madre del hijo que tanto desea su esposo, a cambio de darle el dinero necesario para la operación de su madre.
A Miguel Ángel le parece aberrante que una mujer se preste a ser la madre de su hijo, de un hombre que es un total y completo desconocido. Sin embargo, Laura insiste en que un hijo salvará su matrimonio y que no conocerá jamás la identidad de la madre. Lo que ella no sabe es que Miguel Ángel y Angélica ya se han conocido en el hospital, y él ha quedado enamorado de la belleza e inocencia de la joven.
Y así, Miguel Ángel se enamora de Angélica, sin esperanza de que ella acepte su amor, pues él es un hombre casado. Y por supuesto, sin sospechar que se trata de la misma mujer que lleva en su vientre a su hijo. Al mismo tiempo, Franco, hermano de Miguel Ángel se enamora también de la protagonista, sin saber que es la misma mujer a la que su hermano desprecia y ama.
El verdadero problema vendrá cuando «Angélica» se arrepienta de entregar a su hijo, pero sea obligada por la ley y aun así intente recuperarlo.
Personajes que luchan entre el amor y el odio
* Miguel Ángel Diaz Lozano (José Ángel Llamas): es un ingeniero exitoso, admirado en su círculo social por ser el perfecto caballero y amigo más generoso, pero en la intimidad de su hogar es un hombre infeliz. Su mayor anhelo en la vida es ser padre. Su matrimonio con Laura no ha dado otro fruto que el resentimiento.