La batalla legal de Kesha contra su productor, Dr. Luke, al que acusa de abusos sexuales y psicológicos, terminaba la semana pasada con la victoria del segundo frente a la primera, según un tribunal de Nueva York, por falta de pruebas.

El tribunal estimaba que, sin ellas, no veía razón para diezmar un contrato de 60 millones de dólares “que fue severamente negociado y es típico de la industria”.

Ahora, la tercera parte implicada en el caso, Sony, ha hablado a través de su abogado Scott Edelman, quien ha asegurado a The New York Times que “Sony no se encuentra en posición de terminar la relación contractual entre Luke y Kesha” porque no es parte directa de su contrato”, que es entre Kesha y Kasz Money y Kemosabe Records, las firmas discográficas de Dr. Luke dentro de Sony. Al no haber firmado Kesha un contrato directamente con Sony, sino a través de dos empresas intermediarias, Sony es “legalmente incapaz” de anular directamente el contrato de Kesha con Dr. Luke.

Kesha defendía en un comunicado en Facebook que “estaría dispuesta a trabajar con Sony si hacen lo correcto y me libran de todo lo que me ata a la persona que me ha sometido a abusos”. Dadas las circunstancias, continuará obligada a seguir editando discos a través de Sony, pero no a trabajar con Dr. Luke.

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