Visión latinoamericana
“La proveniencia de la obra radica en muchos puntos de la vida de un latinoamericano, desde la forma de hablar hasta la bendita humanidad con la que tomamos las cosas que ocurren” expresa Félix Mora al ser interrogado sobre el origen de la pieza.
Escrita en el 2008, el proceso de montaje se ha topado con hechos dentro de lo cotidiano que parecieran dar más correspondencia a las situaciones que Tren de Nardos presenta en escena. Sin embargo sus protagonistas aseguran que cada ensayo ha resultado ser profecía de lo que luego ocurre en la vida real. En referencia a ello María Eugenia Casas manifiesta “cuando abro bien los ojos y veo a mí alrededor, observo que los personajes siguen vivos, por todas partes y con diferentes rostros”. Por su parte Víctor Guzmán afirma que “la obra no intenta ser polémica en sentido alguno, pero irremediablemente lo es”.
Libres o muertos
Aunque el manejo de los hechos no posee relación con la historia de país alguno, es fácil que el espectador logre intervenir con una referencia real para darle contexto a lo que observa: “la esencia de la obra es humana y no política, va desde lo que somos hasta lo que podemos llegar a ser” expresa Mora con enfática advertencia.
Cada texto de la pieza posee significación única, nada pareciera estar hecho por simple estética, al menos eso piensan sus integrantes cuando dejan claro que “nada es casual”. “La libertad es un hecho natural, no es legal ni mediática, es humana” sentencia Mora al referirse a este punto argumental de la obra.
El montaje no ha sido sencillo para cada uno de los actores, pues deben transmutar de un personaje a otro en cuestión de segundos, en frente de todos y sin salir del escenario. Una verdadera transformación que sólo puede connotar la gran preparación y habilidad que poseen para asumir nuevas caretas.
Es así como la invitación es para este viernes 30 de octubre, a las 7:00 PM, en la sala del Teatro Ateneo de Maracay.