Rebecca Black quiere demostrar que canta bien. Los detractores de su canción Friday se lo han puesto muy difícil

en las últimas semanas, pero la joven está decidida a ser una artista seria y exitosa, y ya prepara su primer disco… pero esta vez con menos autotune.

Ella misma lo reconoce: «sueno como un robot». El exceso de producción de su primer single granjeó a Rebecca Black el odio del público, que le dedicó toda suerte de insultos y llegó incluso a amenazarla de muerte. Pero la joven no ha perdido la esperanza de ser una artista de éxito.

Black, de 13 años, afirma que la mala acogida de Friday solo le hizo llorar durante «una hora» porque ya está acostumbrada a que se metan con ella en el colegio y ha desarrollado una «coraza» ante los ataques. «Ahora me río de ellos», afirma en una entrevista con Associated Press recogida por Yahoo News.

Una vez superado ese momento, la joven se ha propuesto seguir adelante y desmostrarle al mundo que es mucho más que «la chica de Friday». La popularidad alcanzada con dicho tema le ha conseguido contactos en el mundillo de la música, y ha contratado a la manager musical Debra Baum para que le dé el empujón que necesita.

«No tengo duda de que Black tendrá éxito», explica Baum. «Para ser tan joven tiene mucha pasión y se compromete. Parece que aprecia que le concedan atención pero no le fascina. Es interesante».

Este primer disco contendrá cinco canciones -una lenta, un medio tiempo y tres rápidas- y desde luego no tendrá tanto autotune. «Quiero que la gente opine sobre mi voz real. No me importa si les gusta o la odian, solo quiero oír su opinión», sentencia Black.