Paula Ferrari es una modelo argentina que hace honor a su apellido: es rapidísima pero muy cara, aunque los que la alquilan para correrla dicen que ver esos airbags absorber el golpeteo

bien vale la tarifa. »La Serenísima no es competencia para mí» dice la flaca agarrando esas enormes cabezas de enano, »tengo una delantera que uso para enloquecer a los hombres.» Y a mujeres también, porque si el billete lo justifica, esta Ferrari cambia de escudería.

“Probé de estar con chicas” reconoce la tetona, “pero siento que me falta un hombre en el medio que me haga gemir.” Las tetas de la morena garantizan alta demanda turquera, pero igual la morocha tiene un trabajo alternativo: cuando nadie le tira los perros, la flaca morena los saca a pasear. “Soy paseadora de perros porque me encantan” asegura la tetona, “pero pagan muy poco, por eso estoy en un book y hago desfiles.” Llamen a Animal Planet: un gato pasea perros!

Esta Ferrari viene equipada con airbags de competición. “Estoy lista para poner el pecho para el campeonato” dice Paulita.

Son muchos los que aseguran que los gatos no se llevan bien con los perros, pero Paulita Ferrari desafía la sabiduría popular. “Soy paseadora de perros” dice la morocha cuando le preguntan de qué labura, “me encantan los perros, pero como para pasearlos me pagaban solamente ocho pesos la hora empecé a buscar otros trabajos.” Y con 110 centímetros de tetas, no es difícil imaginar el trabajo que le ofrecieron — al toque publicaron sus servicios en un book.


Via: Notiblog.com