El espectáculo de la agrupación venezolana Primate consiguió rotundo apoyo de crítica y público durante el marco de Festival Internacional de Teatro Fringe de Edimburgo 2009, uno de los más importantes del mundo, donde ofreció 25 funciones de sala y un número similar de presentaciones de calle

La decisión fue unánime: Pan’ Pa Tim conquistó los corazones de los escoceses con su fusión de ritmos venezolanos, música, danza, tambores y el uso del cuerpo como instrumento musical. Así lo han destacado varias publicaciones de importancia que demuestran una vez más que el talento venezolano es de exportación.

El periódico Stage, considerada la publicación de rigor de todos los profesionales de teatro en el Reino Unido, le ha dado la categoría especial de “Must see” (Debe verse). El rotativo expone que el uso del cuerpo como instrumento y el “beat box” (la capacidad de hacer ritmos con un micrófono) son “los más hábiles que se hayan visto en el festival”. La publicación también destaca que el baile “tiene una calidad hipnótica ante el frenesí de los tambores que fuerzan  los cuerpos de los intérpretes a los limites del abandono”. El crítico William Mc Evoy concluye, “el show te transporta a los sonidos de las calles de Caracas en una maravillosa y altiva presentación”.

Por su parte, el Diario Scotsman a través de su crítica de espectáculos Fiona Shepherd dijo: “Pan Pa’ Tim es un favorito del público, tocado con efervescente precisión por sus siete actores y músico”, explicando que es la fusión de ritmos y tendencias teatrales lo que hace al show un éxito. La critica también resalta la “rutina eficaz, con fuerza y el baile callejero” como uno de las fortalezas del espectáculo.

Por su parte, Diana Thomas del Fringe Report tituló su artículo “Veredicto: Feliz de estar viva”, ya que la agrupación Primate convierte un “ritmo estéril en una salsa seductora  que tiene a los actores golpeando con sus pies y manos y creando una irresistible rutina de un distintivo sabor latino”. La critica también elogió las “exóticas melodías con sonoridad tocadas por el pianista Víctor Mestas”, y explica que “el baile va más allá y se convierte en la fisicalización de pensamientos y sentimientos, expresados con estilos que van entre el mimo, la salsa, el hip hop, el funk, el tap, el ballet y todo lo que está a su alrededor”.

Venezuela es la clave

No ha sido fácil conseguir esta atención en el festival, el cual presenta literalmente más de dos mil ochocientos espectáculos de todas partes del mundo. De hecho, la población habitual de Edimburgo se dobla de 500 milhabitantes  a un millón, entre turistas y nativos sedientos de ver trabajos de los cuatro puntos cardinales del planeta.

Desde un principio, la agrupación Primate, integrada por artistas conocidos de la escena nacional e internacional como el coreógrafo y bailarín Luis Armando “Yayo” Castillo, el pianista Víctor Mestas,  la cantante Hana Kovayashi, los percusionistas Omar Amado y Daniel Vargas, y los bailarines Lorena Pérez, Tomas Ruiz y Víctor Manzo, se ha dado a la tarea de difundir su espectáculo en las calles de la ciudad, haciendo sonar los tambores y atrayendo a la audiencia a través de conciertos “flashes” de cinco minutos, promoviendo la cultura venezolana y dando a conocer las bases del espectáculo.

Con esta propuesta escénica desbordante de dinamismo y energía, expresión de la más pura creatividad urbana, Primate presentó también en el tradicional festival “Mela” de la ciudad, organizado prioritariamente para los habitantes de la ciudad. El periódico Evening News calificó esta participación como “impresionante”.

 Otra de las maneras que ha aprovechado el grupo para difundir la cultura popular venezolana fue a través de talleres de música dictados a los niños de Edimburgo en las escuelas.  En esta oportunidad fue el diario “El Herald” el que tomó nota, presentando los talleres en una destacada foto en su contraportada reportando la interacción de los artistas venezolanos con niños de seis a ocho años de las escuelas Raploch’s big Noise, quienes son las primeras en Europa modeladas en base al sistema de Orquestas juveniles de Venezuela.

“Mantener nuestras raíces y apoyarnos en nuestra cultura sin duda alguna nos ha favorecido enormemente como artistas integrales, logrando así representar  nuestra herencia afro venezolana”, aseveró Roberto Castillo, líder de la agrupación que se ofreció 25 funciones en el Mysterius Theater entre el 5 y el 30 de  ante al exigente público que anualmente se da cita en ese evento.