Se lo quitó con un tratamiento láser… Ya lo dice el dicho: ‘Nada es para siempre’. Ni tan siquiera los tatuajes pueden permanecer en tu piel toda la vida, eso sí,

para quitarlos se requiere un tratamiento muy doloroso. La actriz es una de esas arrepentidas que pensaban que nunca se cansarían de los grabados en la piel, pero se equivocó.

Megan Fox se ha convertido en una perfecta excusa para que los padres traten de convencer a sus hijos de que no se tatúen. Ella, que asegura tener «ocho o nueve» tatuajes por todo su cuerpo, acudió al Show de Jay Leno para contar cómo y por qué se quitó el tatuaje de Marilyn Monroe que tenía en el antebrazo.

Fue a los 19 años cuando la joven empezó a tatuares como una forma de expresión de sí misma. «Todo el mundo me advertía y me decía: ‘Habrá un día en el que ya no te guste ese dibujo. Vas a crecer'», contaba.

Y así fue. La vida y las experiencias le hicieron cambiar de parecer. Megan aseguraba al presentador. «Era muy cabezota y pensaba que me iba a gustar siempre, o eso es lo que quería, que los tatuajes fueran como el libro de mi vida y que simbolizasen lo que me gustaba cuando era joven. Pero no fue así realmente».

Así que igual que tomó la decisión de tatuarse la cara de la actriz rubia, optó por deshacerse de ella recurriendo a tecnología láser. Con pelos y señales, Megan contaba su desagradable experiencia: «Aparecían una especie de grano que explotaban como palomitas de maíz. Es traumático y doloroso. No pudieron anestesiarme lo suficiente para que no notase el dolor».

Pero no parece que sea el único error que quiera tratar de solucionar ya que ha confesado que está pensado seriamente borrarse los que tiene en el estómago y en las costillas.