A las 9:27 de la noche, el ganador como Artista latino favorito, en la más reciente edición de los American Music Awards, dijo presente en el escenario
 y regaló una descarga de ritmos que hizo que la gente cantara, bailara y lo aclamara de pie durante casi una hora y media.
 
El artista quedó tan sorprendido por la reacción de los asistentes ante sus temas, que en varias ocasiones enmudeció y en un momento se arrodilló y besó -cual Papa- la tarima del recinto caraqueño. «¿Dónde están las mujeres? Las más bellas del mundo. Yo eso lo sé. Éste es mi último concierto antes de las Navidades, por eso estoy feliz», confesó.
 
La temporada de los conciertos de artistas internacionales en Venezuela cerró anoche con broche de oro. Marc Anthony dio un espectáculo que muy pocos cantantes pueden jactarse de haber ofrecido en el Poliedro de Caracas.
 
El salsero estadounidense, de origen puertorriqueño, demostró el porqué está en la A-List (o lista de figuras clase A) de la industria discográfica: hizo gala de talento, carisma, elegancia y una voz que puso a vibrar a las más de 10.000 personas que se dieron cita en El coso de La Rinconada.
 
Vestido totalmente de negro, con sus inconfundibles lentes oscuros y un par de cadenas con imágenes religiosas interpretó Valió la pena, Y hubo alguien, Hasta ayer y Volando entre tus brazos.
 
Desde un principio, el vocalista parecía tener todo a su favor: nueve músicos, tres coristas, un sonido en vivo que prácticamente reproducía la calidad de un CD y tres pantallas LEDs de alta definición, pero de nada hubiera servido todo eso si Marc Anthony no le hubiese mostrado su lado más íntimo al público.
 
El ex esposo de Jennifer López habló con sus seguidores, hizo bromas, bailó y brincó a rabiar, movió sus caderas, respondió a las manifestaciones de cariño, tomó un celular y cantó con fervor Te conozco bien. Le confesó a sus seguidores lo mucho que le pega interpretar la letra de ¿Y cómo es él? de José Luis Perales -«los hombres me entienden»- y, sobre todo, agradeció la entrega de sus incondicionales venezolanos. «¡Qué honor y qué placer! ¡Increíble! Entiendo el esfuerzo que hicieron hoy para estar aquí (se refería a una Caracas colapsada por los cierres de campaña y el beisbol), pero esta noche se puede bailar y se puede cantar», dijo.
 
El artista, de 45 años, quedó tan sorprendido por la reacción de los asistentes ante sus temas, que en varias ocasiones enmudeció y en un momento se arrodilló y besó -cual Papa- la tarima del recinto caraqueño.
 
Pero Marc Anthony no se engolosinó y también compartió el cariño de sus fanáticos con los músicos que lo acompañaban, quienes mostraron sus credenciales como integrantes de su banda al protagonizar sendos solos de violín, percusión y batería en varias canciones de la velada.
 
La fiesta continuó con Contra la corriente, Vivir lo nuestro, Qué precio tiene el cielo, Nadie como ella y Te conozco bien.
 
«¿Dónde están las mujeres? Las más bellas del mundo. Yo eso lo sé. Éste es mi último concierto antes de las Navidades, por eso estoy feliz», confesó con una sonrisa de oreja a oreja.
 
El final llegaría con Mi gente de Héctor Lavoe, Tu amor me hace bien y Vivir mi vida, que desató la locura del público. La gente lo ovacionó durante minutos en una noche de media luna que quedará para la historia.
 
Cortesia: YOLIMER OBELMEJÍAS |  EL UNIVERSAL – @yolimer
Fotos: Profit Producciones
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