El controvertido cantante británico Robbie Williams, que este mes presenta nuevo álbum, ha confesado que en los últimos años su adicción a los analgésicos le puso al borde de la muerte en varias ocasiones. Los problemas del intérprete con las drogas, que se remontan a mediados de la década de 1990, cuando Williams formaba parte de la banda «Take That», no son un secreto, pero es la primera vez que el cantante relata abiertamente cómo su adicción le sumió en un estado de «semi inconsciencia» en el que le daba igual vivir o morir.
En una entrevista que publica hoy el diario «The Sun», Williams asegura que el infierno comenzó poco después de que se instalara en Los Ángeles (EE.UU.) en 2002, cuando empezó a tomar por prescripción médica vicodina, un analgésico muy potente y también altamente adictivo.
El cantante relata que llegó a tomar 20 pastillas de vicodina en una sola noche, combinadas con otros fármacos como el adderall, usado para tratar la narcolepsia, o sativa, que palía los efectos de la quimioterapia, un cóctel explosivo que le acompañó hasta febrero de 2007, cuando ingresó en un centro de desintoxicación el mismo día en que cumplía 33 años.
«Un día había quedado con mis representantes, pero me había puesto tanto la noche anterior que no pude levantarme del sofá. Entonces ellos aparecieron en mi piso y pensé: hoy es el día en que tengo que dejar todo esto», indica Williams.

Ahora, dos años después, asegura que ha vuelto a vencer a las drogas y anima a su compatriota Amy Winehouse a que se quite también ese lastre de encima: «Parece que Amy está en esa etapa en la que a uno no le importa nada y es muy triste, porque es una artista fenomenal».

También se refiere a la muerte de Michael Jackson el pasado mes de junio, un hecho que le ha inspirado para una de las canciones de su nuevo disco, que sale a la venta el próximo mes de noviembre. En este sentido, el cantante se muestra «encantado» con las buenas críticas que ha recibido su nuevo sencillo, «Bones», el tema con el que presenta su octavo disco, «Reality killed the video star», con el que vuelve al panorama musical tras el fiasco de «Rudebox» en 2006. «Estoy muy contento porque cuando saqué Rudebox pensé que todo se había acabado, que mi andadura como estrella del pop había acabado», recuerda Williams