Foto: Getty ImageLAS VEGAS (AP) – Emotivas y constantes ovaciones de pie, múltiples vítores, algunas lágrimas contagiosas y aplausos interminables fueron la constante en la entrega de los Premios a la Excelencia Musical, con los que la

Academia Latina de la Grabación honró el legado y las aportaciones de artistas de trayectoria incuestionable.

El brasileño João Donato, el mexicano Armando Manzanero, el dúo cubano de las Hermanas Márquez, la argentina Susana Rinaldi, el dominicano Joseíto Mateo y el colombiano Jorge Oñate agradecieron sus respectivos honores en una ceremonia donde predominó el humor.

Además se entregaron tres premios del Consejo Consultivo de la Academia a Manuel Bonilla, Juan Carlos Calderón y Hebe Camargo.

«Posiblemente sea este el evento más simbólico que la Academia Latina realiza cada año. Estamos reconociendo el talento, la dedicación, el esfuerzo y el coraje de muchas personas que han dedicado y consagrado con vocación su vida a la música», declaró el presidente del Consejo Consultivo de la Academia, Luis Cobos.

«Este evento es para decirles gracias por haber puesto la música tan en alto», señaló por su parte el presidente de la Academia, Gabriel Abaroa Jr.

La trayectoria y la marca que este grupo de artistas ha dejado es tan amplia que cantantes como Paloma San Basilio, Gilberto Santa Rosa y Johnny Ventura acudieron a entregar algunos de los reconocimientos a quienes entendían son parte fundamental y ejemplo en sus respectivas carreras.

«Juan Carlos (Calderón) apareció en mi vida cuando yo necesitaba a alguien que entendiese que la música es una forma de vivir, una forma de respirar. Es tan buen músico que los ‘playbacks’ que me entregaba para meter la voz eran más bonitos que lo que yo iba haciendo», expresó San Basilio sobre el compositor, productor y arreglista español Calderón, al tiempo que señaló su versatilidad y «el sentimiento que le aflora cada vez que pone sus manos en el piano».

Por su parte, Ventura y Santa Rosa destacaron la labor de Mateo, quien fuera cantante de orquestas como El Gran Combo de Puerto Rico y la Sonora Santanera, diciendo que era la raíz y la inspiración de muchos como ellos y que logró la trayectoria y el cariño de la gente que ellos aspiran tener algún día.

Donato, pianista brasileño de jazz y bossa nova, dijo a la AP que su primer acordeón era de juguete y que con él compuso sus primeros versos. Luego se hizo pianista y entre sus más grandes aportaciones figuran las primeras fusiones de música brasileña con ritmos como funk, soul, jazz y afrocubanos.

«Yo no creía que fuera una excelencia musical, pero aquí dice que soy excelencia musical, así que yo voy a creerlo», dijo en una mezcla de español, inglés y portugués, señalando su gramófono dorado.

Manzanero, quien por compromisos previos no pudo asistir a la ceremonia, fue distinguido por capturar las emociones más genuinas del amor en composiciones como «Somos novios» o «Esta tarde vi llover». El compositor y cantante mexicano ha grabado más de 30 álbumes y escrito más de 400 canciones, algunas de las cuales han sido traducidas a más de 20 idiomas.

Trini, del dúo de las Hermanas Márquez, que no pudo evitar hacer chistes constantes, dijo que recibir este premio «es recibir lo más grande de nuestra carrera de 78 años», porque juntas empezaron a cantar en Cuba cuando apenas eran unas niñas.

«Gracias a todos por este premio y por querernos tanto», añadió su hermana Neza.

Rinaldi, quien por muchos años luchó para que se le reconociera su espacio como mujer que podía cantar tangos, un género que entonces sólo admitía a hombres, dijo en su discurso de agradecimiento que «el tango tiene tres disciplinas de las que lamentablemente se conocen dos, la música instrumental y la danza, pero no se conoce tanto la poesía… esas tres hacen fuerte al tango todavía».

Le dedicó el premio a todas las mujeres que le inspiraron a defender su propuesta y aseguró estar convencida de que «el cantar mejora a la gente, suaviza las asperezas de los seres humanos que siguen empeñados en guerrear en lugar de pactar».

Oñate, conocido como «El Jilguero de América» y quien a juicio de la Academia ha establecido un parteaguas en la difusión del vallenato, agradeció que se reconociera un ritmo que ya «le pertenece al mundo».

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