La popular cantante de Barbados tuvo que ser ingresada recientemente en el hospital tras sufrir un cuadro de fatiga, por lo que su progenitora, Monica Fenty, ha decidido que a partir

de ahora controlará todos los movimientos de su hija para evitar que algo así vuelva a suceder.

«Monica se mudará con ella para vigilarla. El padre de Rihanna, Ronald, fue un adicto al ‘crack’ y Monica no está dispuesta a que su hija siga el mismo camino de su padre», reveló una fuente al diario The Sun.

Rihanna es conocida por su fama de fiestera, como demostró con las polémicas fotos en las que parece consumir cocaína durante el festival de Coachella, aunque en los últimos meses también se ha visto sometida a un intenso ritmo de trabajo que ha afectado profundamente a su salud.

La semana pasada, poco después de salir de la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, la artista sufrió un desvanecimiento y tuvo que ser trasladada de urgencia al hospital, donde fue diagnosticada con «fatiga y deshidratación». No obstante, la estrella fue dada de alta poco tiempo después de ingresar en el centro médico y se le permitió volar de vuelta a su casa de Los Ángeles, según publica el portal MediaTakeOut.com

Otro de los factores que ha podido mermar su condición física es la frenética rutina de ejercicio físico impuesta por su entrenador personal, Harley Pasternak, quien aseguraba que Rihanna se levantaba con frecuencia en medio de la noche para entrenar.

«Rihanna luce genial ahora mismo. La he puesto en régimen intensivo y tiene que hacer ejercicio unas cinco veces al día, cinco veces a la semana. No importa en qué parte del mundo se encuentre», declaraba.