No piensa en pasar por quirófano… Es una de las mujeres más fotografiadas del mundo y confiesa que a sus 30 años está muy contenta con su cuerpo y niega una vez más que sus voluptuosas

curvas se hayan conseguido con ayuda de un bisturí. Ceñida en un encorsetado vestido vuelve a presumir de figura en la portada de la edición australiana de Cosmopolitan.

La celebrity confiesa que la genética ha jugado un papel muy importante a la hora de conseguir sus sinuosas nalgas. «Soy mitad armenia, así que mi trasero seguro que proviene de la parte de la familia de mi padre».

Kim es muy consciente de que mantener su escultural figura cuesta y apunta: «Mis nalgas son un poco grandes así que tengo que entrenar más» y señala. «Hago sentadillas. Trato de hacer todo lo posible para mantenerme. Es todo natural».

La joven no está a favor de pasar por el quirófano para moldear de forma artificial sus nalgas y declara que los implantes en esta parte del cuerpo son «ridículos».

«Estoy orgullosa de mi trasero y es todo mío, no me he hecho nada de cirugía estética» afirma Kardashian. Pero siendo del todo sincera, la socialité sí que ha reconocido que en su momento recurrió a la ayuda del bótox.

No ha dicho dónde pero ha descartado dos zonas. «Me puse bótox una vez pero no me he puesto ni en la nariz ni en el trasero». La joven apunta que es lo único y que nunca se ha hecho ningun otro ‘retoque’ señalando. «Nada de inyecciones, estoy muy feliz tal y como soy».