La otrora animadora de La Bomba y ahora del magazine de Venevisiòn Portada`s, se apersonó en moto -presuntamente junto a su actual pareja- a la Fiscalía

de la Republica Bolivariana de Venezuela, para interponer esta vez, una demanda en contra de una de las actuales animadoras de La Bomba, Josemith Bermúdez. Lo mismo hizo semanas atrás con su excompañero y otrora “Mi Gordo Bello” José Gregorio Araujo.

Muerde Aquí pudo conocer de fidedigna fuente, que la controversial y aún esposa de Franco Bellomo, llegó a la sede del Ministerio Público y llorando, introdujo los recaudos pertinentes y necesarios, como pruebas para respaldar la demanda, supuestamente por difamación e injuria y daños psicológicos…

Las pruebas presentadas por Ruiz, fueron unos vídeos donde sale Josemith Bermúdez, refiriéndose a su vida amorosa, esa misma que ella ha colocado en la palestra, publicando fotos en las redes sociales de sus relaciones sentimentales, anillos de compromiso, boda y posteriormente conflictivas separaciones, las cuales han sido ampliamente desarrolladas y analizadas en todos los medios de comunicación.

Lo insólito de este caso, es que a Kerly se le olvida que ella es una figura pública y por ende, está expuesta a que se hable de su vida personal y profesional y más aún, cuando es y ha sido ella misma, la que le ha servido en bandeja de plata sus intimidades a los medios.

La moneda tiene dos caras

En un país donde lastimosamente tenemos altos índices de violencia domestica, de niños maltratados y violados, de asesinatos que quedan impunes y pare usted de contar, resulta inaudito y hasta ridículo, que Kerly Ruiz se ponga a perder su tiempo y peor aún, hacérselo perder a las personas que allí laboran, consignando demandas tan fuera de contexto. Hay que ponerse en los zapatos de esas mujeres maltratadas de verdad, violadas, de esos niños abusados y de todos los lamentables casos que a diario se consignan en ese ente gubernamental, que si merecen atención inmediata y castigo severo.

Cuando digo que la moneda tiene dos caras, lo hago para recordarle a Kerly Ruiz, todas las humillaciones, burlas y mofas que recibieron de su parte, Daniela Alvarado y Mariangel Ruiz, por solo nombrarle dos, de las muchas figuras que se sintieron vilipendiadas por ella, cuando ella fungía de presentadora de La Bomba, las cuales si hubiesen interpuesto una demanda en su contra, no tengo la menor duda, que en estos momentos estaría presa.

Daniela Alvarado fue vejada por ella en infinidad de oportunidades, humillada en su condición de ser humano y expuesta al escarnio público y eso parece haberlo olvidado, o peor aún, pareciera que no tener importancia.

Le duele y afecta lo que dicen de ella, pero no ve más allá de lo que la dejan observar sus pestañas postizas, inseguridad y ego.

Déle gracias a Dios que ninguna de las dos figuras de las cuales se burló hasta la saciedad, colocaron una demanda en su contra. Esas si hubiesen prosperado, porque allí si hubo daño sicológico, crueldad y evidente delito. Tanto Daniela como Mariangel, demostraron tener calidad humana y misericordia y perdonaron las ofensas o por lo menos no las llevaron a juicio terrenal, las dejaron en manos de una ley que no falla. La justicia divina.

Y cuando aseguro que esas demandas si hubiesen prosperado, lo digo porque la que ella colocó en contra de Bermúdez, este columnista pudo conocer también que fue subestimada.

Seamos serios y responsables de nuestras acciones. El respeto se gana y no se puede pretender exigir-aunque se tenga el derecho ciudadano que otorga nuestra Constitución-lo que no se ha dado, ni mucho menos lo que no se ha profesado.

Usted es una gran profesional, que ha crecido en su carrera y ese mérito nadie se lo quita, pero antes de actuar de la forma que lo hace, debe analizar primero las consecuencias de sus actos.

Compare usted lo que mostró como “evidencia del delito” en la Fiscalía en contra de Josemith Bermúdez y observe los videos donde usted se burla cruelmente de Daniela Alvarado.

¿Ya lo hizo? Ahora le pregunto: ¿A quien visualiza su conciencia y sentido común en la cárcel?

@diegokapeky