El popular rapero toma con cautela, y emoción, su papel como papá; aunque ya han pasado casi dos años del nacimiento de su primogénita


Jay-Z debutó en la paternidad hace ya casi dos años cuando su mujer Beyoncé dio a luz a la pequeña Blue Ivy, quien desde entonces se erige como la gran prioridad de su famoso padre y, al mismo tiempo, como la única persona que es capaz de sacar el lado más inseguro y vulnerable del reputado músico.

Por ello, Jay-Z no ha tenido reparo en expresar públicamente –a través de un anuncio para la marca Samsung– que no puede evitar sentirse completamente «aterrorizado» ante la posibilidad de que decepcione profundamente a su primogénita en su papel de progenitor, ya que él nunca contó con un referente paterno del que aprender.

«Mi padre me abandonó cuando yo era muy pequeño, así que no me enseñó a ser un hombre, cómo tratar adecuadamente a una mujer y menos aún a criar a tu propia hija. Me tomo la paternidad con una actitud de gran responsabilidad y mucha seriedad, pero siempre me ha invadido el miedo a fallar a mi hija por mi falta de experiencia. Estoy aterrorizado ante la idea de no ser un buen padre para ella», confesó en la nueva pieza audiovisual que integra la última campaña comercial de la citada compañía.

Una buena muestra de que el marido de Beyoncé afronta su faceta paternal con una mezcla de ilusión y cautela reside en la forma en que este asunto se ha convertido en un tema recurrente que tratar en sus nuevas canciones.