Al parecer Nadezhda Tolokonnikova no soportó las actividades de servicio que le piden en la cárcel

Una integrante encarcelada del grupo punk Pussy Riot fue hospitalizada tras quejarse de dolores de cabeza y agotamiento por trabajo excesivo, en una prisión conocida por sus duras condiciones, dijo el viernes 1 de enero otra miembro de la banda feminista.

Una funcionaria oficial confirmó que Nadezhda Tolokonnikova, quien cumple una sentencia de dos años por una protesta irreverente contra el Presidente Vladimir Putin en la principal catedral de Moscú, se encuentra en el hospital de su colonia carcelaria en Mordovia, al oeste de Rusia.

Mientras, la vocera del Servicio Federal de Prisiones, Kristina Belousova, se negó a especificar su enfermedad o comentar sobre su condición, diciendo sólo que no era algo grave.

Aunque no especificó cuándo fue internada Tolokonnikova, manifestó que recientemente.

No obstante, Pyotr Verzilov, el esposo de Tolokonnikova, indicó que la hospitalización tenía que ver con una cita que la música había hecho antes de que fuera enviada a la colonia carcelaria, más que con una enfermedad específica.

«Obviamente, las condiciones no son maravillosas, pero sus abogados están lidiando con eso», reveló.

En tanto, Yekaterina Samutsevich, miembro de la banda y que también fue sentenciada a dos años en agosto, pero logró salir en libertad con una apelación, manifestó que durante su juicio Tolokonnikova dijo que estaba sufriendo de dolores de cabeza y que el juez la ignoró.

Samutsevich agregó que Tolokonnikova se sentía exhausta tras largas horas de trabajo y pocas horas de sueño.

«No le permiten ningún descanso; trabaja prácticamente todo el día», apuntó el viernes Samutsevich a la estación independiente Rain TV, «dijo que está cansada, extremadamente cansada».

En una entrevista publicada la semana pasada por el periódico independiente Novaya Gazeta, Tolokonnikova describió impasiblemente las duras condiciones de la prisión.

Asimismo, dijo que no esperaba indulgencia alguna por parte de las autoridades.

Tolokonnikova, quien como casi todas las prisioneras en las colonias carcelarias rusas trabaja cosiendo con una máquina, le dijo al periódico que tenía los dedos punzados por la aguja, pero que ha ido adquiriendo velocidad y experiencia, por lo que ahora puede producir la cuota esperada de forros para 320 chaquetas por día.

Como otras internas, se baña una vez a la semana y usa agua fría para lavarse el resto de la semana.