En Bielorrusia, una pareja de ancianos se llevó una gran sorpresa al enterarse de que su perro, Zhúlik,

había heredado casi un millón de dólares de un estadounidense que habían conocido hace años.

John Fyódorov fue prisionero en un campo de concentración durante la II Guerra Mundial, ahí conoció a un perro que se convirtió en su mascota. Al salir libre, el can enfermó y en lugar de pagarle su operación, uso el dinero para ir a otra ciudad donde le ofrecieron un buen puesto de trabajo, algo de lo que se arrepintió toda la vida.

En el 2007, John viajó a Bielorusia y conoció a Zhúlik, quien le recordaba a su vieja mascota. ‘Me dijo: ‘Señor, véndame su perro’. Estaba a punto de llorar’, reveló el dueño del can.

Fyódorov falleció este año, dejando una enorme herencia a Zhulik. De acuerdo al testamento, los dueños deben darle al perro un cuarto separado con televisión, su comida favorita y bañarlo al menos dos veces al día.

Por : FM / NetJoven