La llegada de un nuevo espacio de farándula, que vendría a competir con La Bomba, Portada’s y Mamma Mía,

será también animado por Rocío Higuera: »El Batallón» podría ser una buena alternativa y se aplaude la apertura de nuevos espacios para la sana competencia, pero los nombres que han sonado para ese “Batallón” no llegan ni a soldadito de plomo… 

La crisis y conflictos que se vive en el programa de entrevistas de Globovisión, se desencadenó con la salida de la bella Sandra Villanueva. Las razones para ser despedida -se dice- fueron ocasionadas por abandonar el programa, después de haber tenido supuestamente, durante un corte comercial, una discusión telefónica con el padre de su hijo Antonio. Pero también se asegura, que “una mano pelúa” o más bien varias, habrían aprovechado el comportamiento de la joven presentadora, para cortarle la cabeza.

Cuando el río suena…

Desde hace semanas atrás, se venía rumorando que tanto Sandra Villanueva como las otras dos presentadoras del espacio -Melisa Rauseo y Rocío Higuera- tenían roces personales y profesionales. Tanto así, que se señalaba a Rocío como la “piedra en el camino” para una proyecto de un espacio diario que sus compañeras habían hecho a Globovisión y que fue rechazado.

Este fue el detonante para que Sandra Villanueva y Melisa Rauseo, marcaran distancia con la diminuta animadora. En la pasada edición del visto espacio “Sábado en la Noche” sucedió algo bien contradictorio y extraño. Sus otroras compañeras, informaron a la teleaudiencia que la salida de Villanueva, obedecía a “una nueva etapa” que asumiría la rubia presentadora. Pero luego uno de los periodistas que labora en el espacio, cuando le tocó el turno al bate, dejó en la calle a las dos excompañeras de Sandra y con un cuento más largo y fastidioso, que ya era ampliamente conocido y difundido por los medios, contó paso por paso, lo que ya se sabía… Las que debieron echar el cuento de sus rivalidades y conflictos fueron las dos involucradas, pero ellas prefirieron una salida diplomática. Por cierto: La cara de Rocío Higuera era todo un poema. Era una mezcla entre Lupita Ferrer e Ivonne Attas… es decir: Bondad y maldad en un mismo rostro. ¿Y qué decir de la evidente molestia e incomodidad de Melisa Rauseo? Por un momento los televidentes pensaron que iba a explotar y como en las novelas de Delia Fiallo decir: “No aguanto más…ha llegado la hora de decir toda la verdad”.

Definitivamente la salida de Sandra puede significar el desmoronamiento de Sábado en la Noche. Aunque existe ese refrán que reza que nadie es imprescindible, pero…

Supuestamente ahora viene un “Batallón” con Rocío… 

La llegada de un nuevo espacio de farándula, que vendría a competir con La Bomba, Portada’s y Mamma Mía, será también animado por Rocío Higuera. “El Batallón” podría ser una buena alternativa y se aplaude la apertura de nuevos espacios para la sana competencia, donde el televidente es quien sale beneficiado, porque tiene la opción de elegir que ver y no conformarse con lo que hay…Pero preocupa que sea Higuera quien asuma la responsabilidad-no por falta de talento-si no porque tendrían que mudarla al canal, ya que la excesiva exposición en pantalla, no le dará tiempo de salir de la planta. Otro caso preocupante, es quién acompañará a la linda Rocío en el programa. Los nombres que han sonado para ese “Batallón” no llegan ni a Soldadito de Plomo. Para contar chismes hay que tener gracia, tener exclusivas, ser preciso, frontal y nada diplomático y este “señor” primero debe aprender a respirar, a no ser difamador, a tener ética y no creerse un mago, porque ni con magia gusta… Pero la culpa no es del burro, si no de quien lo arrea.

Desde esta columna, le decimos a Sandra Villanueva, que le de gracias a Dios, que por lo menos este “señor” no dijo que su salida de Globovision se debió a que acosaba a los camarógrafos, como en una oportunidad difamatoriamente y cobardemente lo aseguró tras mi salida de Canal i. Ni mucho menos vetarla en la Cadena Capriles, como también lo hizo conmigo. El tiempo es una cosa seria y pone todo en su sitio. Ya él no está allí y su veto, aunque continua por herencia, no ha callado mi voz, ni mucho menos me ha quitado nada. Así mismo sucederá contigo. Porque mientras una puerta se cierra, se abren miles de ventanas. ¡Qué te lo digo yo!