»Todos podemos cambiar, a todos nos puede llegar esa hora cero», sostiene Zapata 666, quien llega a los cines de todo el país este viernes
como protagonista de La hora cero, la ópera prima de Diego Velasco, una película de mucha acción que involucra a médicos, policías, delincuentes y medios de comunicación.
La historia, que transcurre en 24 horas, comienza cuando el sicario La Parca (Zapata 666) se ve obligado a secuestrar una clínica privada para salvar a su novia Ladydi (Amanda Key).
Con la llegada de la policía, los curiosos y un circo mediático, el caos se apodera de todo y La Parca se da cuenta que salvarle la vida a Ladydi no es la única tarea difícil, escapar con sus secuaces será imposible. Con el tiempo en contra, este hombre que quitaba vidas deberá enfrentarse a su destino por haber decidido esta vez salvar una.
“La Parca es la muerte, es un sicario, el más temible de la gran ciudad y cuando lo tienes al frente eso es lo que te está expresando, pero tiene un gran cambio porque también tiene corazón y de eso se trata la película. Dentro del caos, el secuestro de una clínica… es una historia que va alrededor del amor”.
Así describe su personaje Rubén Zapata, cantante de rap y hip hop desde hace 15 años y mejor conocido como Zapata 666, para quien el mensaje de La hora cero es que todos los días hay decisiones que pueden determinar los caminos que se tomarán en la vida. Precisamente, haber sido contactado para optar por el papel principal, quedar seleccionado y debutar en el cine abrió un nuevo camino en la vida de este artista.
Hace cinco años, su video Bala perdida, especie de musical documentado sobre la realidad del barrio caraqueño, se movió muy bien con los buhoneros, aunque creó polémica en la prensa, por mostrar imágenes como el entierro de un delincuente.
Pero fue gracias a este material que llegó a ser visto por Carolina Paiz, coguionista y productora de La hora cero. Habían hecho casting para el personaje principal en varios países, recuerda Zapata 666, pero no daban con el actor ideal. Luego de pasar como tres meses tratando de contactarlo por tener el teléfono apagado, su esposa escuchó un mensaje que le habían dejado y lo convenció de asistir al casting.
Confiesa que estaba desconectado de la música y el arte por varias decepciones, muchas propuestas falsas o sobredimensionadas que le habían hecho.
“Me dijeron que el director vivía en Los Angeles (Estados Unidos) y tenía este proyecto y pensé que quizás era mentira y el tipo vivía en Carapita (…) a Diego le gustó el trabajo que hice en el casting, quizás el poco e’ tatuajes que tengo, no sé qué me vio, hubo confianza y me dio el papel a pesar de no ser actor profesional”, expresó agradecido.
Por otra parte, enfatizó que el guión le pareció muy interesante y quizás por eso aceptó el trabajo de inmediato. En cuanto al hecho de enfrentarse por primera vez a un proyecto grande, señaló que se lo tomó como si fuese una historia cantada y siguiendo las instrucciones del director, quien le pidió simplemente ser natural.
Así, con tres meses de preparación y el trato con actores experimentados que participan en la película, como Erich Wildpret, Laureano Olivares, Marisa Román y Albi de Abreu, se creó un ambiente que facilitó su interpretación, según contó.
Hablando de la realización, además de haber sido grabada con la última tecnología, cámaras Red One, La hora cero tiene también muchos efectos especiales y dobles de acción.
“Diego contrató una compañía argentina de dobles de acción, y los tipos son otra cosa, están tostaos (…) uno es campeón de motocross, otro es campeón de automovilismo, otro maneja avión, helicóptero (…) son fenomenales”, exclamó.
Con nueve semanas de rodaje durante 2009, las locaciones que se utilizaron fueron barrios capitalinos como El 70, Santa Rosa, La Trocha y Macarao, así como Villa Borgia, en la urbanización Miranda, como los exteriores de la clínica y varios ambulatorios y quirófanos reales.
“Hay cosas que uno no sabía que podía lograr y se aprenden sobre la marcha y después que las haces te queda esa espina de seguir trabajando”, confesó el actor sobre esta primera incursión en la pantalla grande.
Aunque su deseo es también retomar la música, otra película en la que se lo podrá ver será El rumor de las piedras, de Alejandro Bellame, actualmente en proceso de posproducción.
Fotos: Joel Vásquez Nacache
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