La actividad sexual no se trata solo de placer y/o reproducción de la especie, el sexo puede hacer más que eso en tu cuerpo


Cuando se habla de sexo en la escuela, en la casa y con los especialistas la conversación se reduce a la función fisiológica de la reproducción, la prevención de enfermedades y cuestiones de placer; sin embargo hay varios efectos secundarios que te resultará agradable conocer.

No todos conocen lo que el sexo puede hacer por su cuerpo, estos son sólo algunos beneficios destacados por la revista científica Live Sience :

 UNO

El sexo reduce la ansiedad. De acuerdo a un estudio realizado en roedores, los sujetos de estudio activamente sexuales presentan menos conductas ansiosas que los no activos. En un estudio hecho entre hombres y mujeres se reveló que la presión arterial es menor en las personas que tenían en su diario mayor registro de actividad sexual.

DOS

Te hace más feliz. Desde 2004 un estudio demostró la relación del sexo y la sensación de felicidad. Sin embargo; la investigación publicada por The American Economic Review indica que las personas que pagaron por sexo o que engañaron a su pareja no alcanzaron un alto grado de felicidad.

TRES

Mejor tus defensas. Tener relaciones sexuales ayuda a tu sistema inmunológico, de acuerdo a un estudio realizado en 1999 por la Eastern Psychological Association Convention.

CUATRO

Calma el dolor. Antiguos estudios demostraron que los orgasmos aumentan la tolerancia al dolor. La detección del dolor es menor durante la estimulación vaginal y el orgasmo.

CINCO

 Disminuye la neurosis. En foros de estrés se asegura que las personas como mayor actividad sexual reducen la neurosis; la probable causa es que la vida sexual reduce los temores.

SEIS

Reduce riesgo de cáncer de próstata. Un estudio de 2004 publicado en el Journal of the American Medical Association siguió a 30 mil hombres, entre ellos mil 500 que finalmente padecieron cáncer de próstata, y encontraron que una vida sexual activa no se asoció con un mayor riesgo de la enfermedad. Los hombres que eyaculan más (21 veces al mes o más) eran un tercio menos propensos a desarrollar cáncer de próstata que los que eyaculó entre cuatro y siete veces al mes.