Como muchas mujeres, Nayarí es madre soltera. Aferrada al gran amor que siente por su hijo, Deibis, es que ella ha conseguido el coraje para sacarlo adelante.
Nayarí es una mujer emprendedora, perseverante, y fue precisamente por su personalidad, que un buen día tomó la decisión de ser madre, así el padre no estuviera presente. Con la ayuda de una buena amiga, ella pudo hacer su sueño realidad, después de practicarse una inseminación artificial.
Detrás de Nayarí, se luce cada noche la destacada actriz Elaiza Gil, quien con su talento le da vida a esta mujer nacida en una barriada caraqueña, quien por amor le inventó a su hijo un padre de ficción. Una gran mentira, muy bien estructurada, pero llegará el momento que no podrá mantenerla más. “Es un gran reto y estoy feliz. Es mi regreso a los dramáticos, deseado enormemente con un personaje así, donde me llaman a grabar y voy completamente feliz. Dios me escuchó y desde que lo leí, me atrapó. Después me hablaron de otro personaje, y yo dije no”, señaló la artista.
– Regresas a la pantalla con un tremendo personaje: Nayarí Suárez…
– Nayarí es una muchacha que muy jovencita tuvo un problema de ovarios y se inseminó, gracias a que una amiga la ayudó. Tuvo un hijo maravilloso, Deibis, que va a cumplir 18 años. Nayarí es la líder del barrio donde vive, es alegre y carismática. Para mí es un honor interpretar a Nayarí, porque de alguna manera ella representa a las mujeres solteras que han sacado a sus hijos adelante, que son guerreras, que se levantan todos los días con ganas de echarle piernas a la vida, es luchadora. A ella de pronto la vida le va a cambiar cuando aparezca el verdadero padre su hijo, porque ella le inventó a su hijo una especie de figura paterna: El Capitán. Tiene una foto de un desconocido en la pared de su casa. Ella hace que su hijo le pida la bendición, permiso para todo. Nayarí no lo hace por mal, sino para que Deibis tuviera una imagen paterna y un modelo a seguir. Cuando aparece el verdadero padre, Gabriel León (Jorge Reyes), la bola de mentiras comienza a correr, así que una mentira traerá otra y otra, y Nayarí vive en esa agonía de ver como tapa la mentira, pero todos sabemos que una mentira no se puede borrar así de fácil.
– La telenovela ha dado mucho de que hablar por su historia interesante…
– Estoy súper contenta con la novela porque me parece que está súper bien escrita. A diferencia de otras telenovelas venezolanas, donde a veces sucede algo y para que se descubra un secreto pasa y pasa tiempo, pero en este proyecto es increíble la cantidad de cosas que pasan. Cada vez que me toca grabar capítulos nuevos, es una agonía para Nayarí y Elaiza queda en ascuas, porque sé que se van descubrir muchas cosas o son otras nuevas las que sucederán. Es un lujo como actriz poder interpretar a Nayarí. Es un personaje con una carga dramática fuerte. Es distinto a lo que hecho anteriormente.
– Estuviste hasta hace poco en teatro, ¿tienes otros proyectos en mente?
– Sigo escribiendo proyectos. Tengo varias propuestas para Venevisión. Estuve haciendo hasta hace poco “Confesiones de 30” y “A 2,50 La cuba libre”. Pero con mi ingreso a la telenovela, tuve que hacer una pausa porque no me queda tiempo. Adicional a esto, tengo un grupo de creativos, lo conformamos 5 amigos, entre productores, escritores, directores, quienes nos unimos con la idea de producir programas sin casarnos con una empresa en especifico. Una especie de productora independiente, de manera que cuando nos soliciten un programa, nosotros pasamos la propuesta.
– ¿Tu meta es estar más adelante detrás de cámara?
– Ese deseo lo tengo yo desde hace mucho tiempo. Hace años yo estudié guión y dirección en Bogotá. Ya he hecho cine, teatro, televisión, las tres me gustan. Esta no es una carrera donde uno va a envejecer. Por otro lado, creo en una televisión distinta, moderna, en propuestas totalmente innovadoras. Me las compren o no, yo voy a seguir proponiendo. Creo en mi como creativa.
– ¿Estar detrás de cámaras es tu plan b, cuando ya la actuación no esté presente en tu vida?
– Sí, ojo en mi mente no estaba hacer una novela, pero cuando me sale esta propuesta y luego de leer al personaje supe que tenía que hacerlo sin dudar. Pero no es que me moría por hacer un dramático. La cabeza me sigue dando vueltas, sigo inventado cosas y voy a seguir creando. Quiero hacer un cortometraje, ya lo tengo pensado. Ya tengo a mi protagonista, ya tengo todo. Actoralmente lo dirigiría yo, pero técnicamente lo dirigida otra persona. Tengo la idea tan clara en mi cabeza, que creo que saldría algo interesante. Me serviría para probarme a mi dirigiendo a otros actores. Humildemente, porque aunque yo tenga uno que otro conocimiento, es una actividad que merece mucho respeto. Me tengo que preparar.
– ¿Cómo se han acoplado tu y Alfonso Medina, quien trabaja por primera vez en Venevisión?
– Chévere. Él es muy buen actor. Es un vacilón. Me río mucho con él. Me recuerda a Orlando Urdaneta, que es uno de esos actores con los que uno se tiene que concentrar muchísimo porque si no te ríes en plena escena. Mi hijo en la novela, José Ramón, que pertenece al grupo musical “Los Cachorros”, es una belleza, es un tremendo actor. Está tan emocionado con esta trama, como lo estoy yo.
– Y ¿cómo está el corazón?
– Estoy apenas comenzando a salir con alguien. No tiene nada que ver con el medio. Y bueno pidiéndole que tenga paciencia, por este ritmo de trabajo que llevo, sé que no es fácil. No soy de las personas que está a la carrera, pensando en que me tengo que casar y tener hijos ya. Pienso que el tiempo de Dios es perfecto y todo sucederá cuando Dios quiera.