La noticia de la semana, fue sin duda, la renuncia de la cantante y actriz Mariaca Semprùn a la versión del musical de Broadway »Chicago» que produce para Venezuela Luis Fernández

y cuyo estreno está previsto para los días 23 y 24 de noviembre en la Sala del Complejo Cultural Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño.

Se dice que  Mariaca Semprún renunció al rol protagónico de la pieza, al sentirse irrespetada por el esposo de la también actriz Mimi Lazo, debido a unos enfoques y criterios que desde su punto de vista profesional, la obligaron a tomar la decisión, dejando clara su postura y el por qué  abandonó el montaje. La carismática actriz explicó el motivo de su abdicación, en una carta dirigida a sus compañeros de elenco.

El comunicado

“Luego de una difícil negociación monetaria en donde se generaron conflictos y dimes y diretes por parte del Sr. Luis Fernández, por aspirar un sueldo mínimamente digno y aún así haber aceptado todas las condiciones, nuevamente recibo un trato grosero e irrespetuoso de su parte y en estas condiciones no puedo trabajar. Es necesario aclarar que mi salida del espectáculo no es por un ‘topless’ o algo parecido, es debido al irrespeto y desproporción en las reacciones de su parte en cuanto al trabajo se refiere. Siempre mi intención fue conversar y aclarar las cosas, como se suele hacer en cualquier proyecto de este tipo, pero aquí queda claro que no funciona ni funcionará así.

Lamento y resiento el tiempo invertido, la energía y la ilusión que puse en todo esto, pero cuando se cruza la línea del respeto y la buena intención, para mí no hay vuelta atrás. Se qué encontrarán un reemplazo pronto. Les deseo buena suerte y éxitos, ya que hay muchos involucrados a los que quiero y respeto”

“Gracias públicas a César Sierra, por su disposición y ser un excelente mediador en el proceso de negociación, y a la coreógrafa Catherine Pintos, de quien recibí un apoyo fundamental en estos casi cuatro meses de entrenamiento para este personaje.

Buen viaje y éxitos”.

Lo que dijo Fernández

La respuesta del director del montaje Luis Fernández, no se hizo esperar:

“Cuando un actor se involucra emocionalmente en un trabajo suceden estas cosas. Mariaca es una artistaza, pero no somos compatibles. La admiro, pero es una cuestión de visiones”.

“No sé si podría trabajar con ella en el futuro”. “Soy rudo normalmente, la gente que trabaja conmigo no puede ser acomplejada y sentirse aludida con un comentario. Estoy entrenado en Nueva York, donde las cosas se dicen sin edulcorante”.

A una dama ni con el pétalo de una rosa

Tanto Mariaca Semprùn, como Luis Fernández son excelentes artistas y cada uno en su forma y estilo, lo han demostrado a cabalidad, pero llamar un caballero “acomplejada” a una dama, es grosero y poco profesional. Los divismos desmedidos entre las figuras del medio artístico, han llenado páginas a lo largo de la historia y no solamente en nuestro país. Cuando Fernández dice que en Nueva York, “las cosas se dicen sin edulcorante” no entendemos si se refiere a lo irrespetuoso de su descripción hacia Mariaca, o a su conocida irreverencia y crianza criolla, machista y nada foránea. Luis nació aquí, se crió aquí, realizó su carrera aquí y en New York habrá hecho un curso de producción, dirección, o actuación, pero carrera como tal no. Su carrera y sus impecables actuaciones son “made in Venezuela” y si se conoce en el extranjero o es una figura reconocida en la cosmopolita ciudad de New York-hecho que desconozco- se debe a la repercusión de su participación en novelas de las desaparecidas RCTV y la productora Marte Televisión, donde brilló como histrión.  

Se dice que Mariaca, le reclamó con alegatos lógicos y contundentes al director del conocido y laureado montaje, su empeño en que mostrara sus tetas en la versión “made in Venezuela” que realiza, cuando en ninguna de las versiones internacionales que se han hecho del musical, se ha exigido lo que llaman “topless”. La creatividad o ingenio de Fernández, para muchos, innecesario en este caso, se dice, fue uno de los detonantes para que la comunicación entre la artista y el director se rompiera. Las preguntas que quedan en el aire son: ¿Por qué no pone a su esposa Mimí, quien también está en el montaje a pelar las tetas? Ella se ha desnudado sin problemas, ni pudor en cine. Y la otra: ¿Le ofrecerá el mismo salario que le ofreció a La Senprùm?

Este “socialismo cultural” es una vaina seria.