Nos encontramos nuevamente a la misma hora y en el mismo lugar tramoyalectores con información aderezada con pica pica y ají chirel.
Es momento de colocarse los lentes 3D y pegar bien los ojos a la pantalla porque aquí está uno de los boletines más esperados cada semana. Esos “chismenes” que no gustan, pero entretienen, ante la venidera noche más linda del año.
Tramoya en las redes
Tal y como se anunció hace tiempo –bastante tiempo atrás, antes de su predecible salida- la carabobeña Claudia Chaparro quedó eliminada definitivamente del reality “Todo por la Corona”. La decisión tomada por la organización no se queda ahí, pues el tema pica y se extiende.
Durante la transmisión del capítulo donde se oficializaba la eliminación de la joven de 24 años, a más de uno no le tembló el pulso para expresar –lo que a su juicio- era una medida injusta y armar la tramoya.
Resulta que este servidor, se encontraba muy juicioso revisando las redes sociales cuando de repente -¡Kaboom!- una retahíla de tweets hacían mención a lo sucedido con Chaparro, pues personas de la propia organización Miss Carabobo, al ver como la dejaban a otra de sus candidatas como la guayabera, no dudaron en olvidarse de la diplomacia y los buenos hábitos para manifestar el descontento. Molestias dirigidas vía Twitter nada más y nada menos que al presidente de la Cisneros Media y Gerente General de Venevisión desde 2011, Jonathan Blum.
Ciento cuarenta caracteres no bastaron para catalogar al certamen Miss Venezuela como “un juego de dinero donde dejan a enanas y gordas”. Por si fuera poco, considerar a Giselle Reyes con poca moral para llamar gorda una participante –¡Uy que fuerte eso!-. No obstante, poner en tela de juicio el trabajo de Richard Linares. -¡Aja, aja, se molestó la gente caracha!-.
Por otra parte, el mismo presidente del Miss Carabobo, no le quedó de otra que felicitarla, sin embargo tampoco quedó nada satisfecho ante lo ocurrido. Es de recordar, que la estudiante del décimo semestre de Ingeniería industrial, había quedado rescatada –más que al azar, de una manera muy humillante- luego de coincidir con el zar de la belleza en la elección de la esfera del mismo color.
Cortaron relaciones
Ya que hablamos de Miss Carabobo, mi reportera “La dura de la zona” me comentó que las cosas entre el presidente del referido concurso y la representante de este estado están color de hormiga brava. De acuerdo con mi informante, los personajes en cuestión no se tratan, no se ven, ni se tocan –¡sí señor!-.
Una vez que Mariella Agriesti obtuvo oficialmente la banda de Carabobo, -aseguran las malas lenguas y las buenas también-, se olvidó del concurso que le sirvió de trampolín para llegar hoy día al Miss Venezuela, ¿Qué tal?.
La miss de 1.71 en estatura contrató su propio manager y jefe de prensa quien se ha encargado de moverla para allá y para acá, además encargarse de que su rostro no deje de aparecer en todos los medios de “La ciudad de las naranjas dulces”. –Chiquita pero astuta la muchacha-.
No obstante, durante una rueda de prensa que Agriesti ofreció hace pocas semanas en su valencia natal, para comentar sus primeras impresiones luego de la imposición de bandas, ningún directivo de la organización Miss Carabobo hizo acto de presencia, es que ni siquiera fueron invitados. -Dos más dos, son cuatro-.
Miss Palanqueada
De acuerdo con un chisme enviado a esta redacción tramoyera, se pudo conocer que una mano pelua’ e influyente intervino en la decisión de dejar dentro de la competencia a Andrea Rohrscheib. Es que para nadie es un secreto –pues hasta ella misa lo dice- que la jugadora de fútbol recibe directrices de persona con destacada trayectoria en el manejo de figuras públicas. Es decir, tiene un buen manager, está guapa y apoyada.
Es de recordar que esta chica con apellido complicado, junto a otras tres candidatas, habían quedado en una competencia paralela donde se disputarían los dos últimos puestos dentro de la competencia. La futbolista y Daniela Reyes obtuvieron la banda de Dependencias Federales y Delta Amacuro respectivamente. Mientras que Débora Medina y Claudia Chaparro recogieron sus maletas.
“Quien da y quita el diablo lo visita”
A mi reportera “La Dura de la Zona” se le escarapelaron las acrigel, cuando agarró su Smartphone y vía texto me informó que un personaje a quien le encanta vestir de Dolce & Gabanna y cuyo ego es más grande que su copete, así como quien no quería la cosa, le hizo saber a una que otra candidata “milli”, su gran gusto y gran fijación por los relojes de una reconocida marca, –porque hasta los detalles especificó-.
Ellas, en su afán de ser chéveres, atendieron a la diplomática sugerencia, jurando que al cumplir la noble acción, asegurarían su permanencia absoluta dentro del camino a la corona. -¡Sorpresa!- Una vez entregado el obsequio, resulta que varias de ellas quedaron por fuera, lo que causó un leve descontento. Desde ese entonces, comenzó el “atajaperros” ante las promesas incumplidas. ¿Quién será?
Ellas también tienen su corazoncito
Las mises tienen tiempo para todo; clases de oratoria, pasarela, el gimnasio, para que le peguen “los gatos muertos” y entre muchas cosas más, darse un tiempito para enamorarse y atender al novio. Pues sí, ese es el caso de Miss Nueva Esparta, Gabriela Graf quien está empatadísima con el actor y animador Hendrick Bages -¡Ay pero que lindos vale!-
La relación no es desde hace tres días para acá y tampoco están por fama. Mucho tiempo atrás, antes de que Graf ingresara al Miss Venezuela, ambos se dejaban ver muy acaramelados y de manitas sudadas en cuanto evento público. Aquí hay amor, como diría Chino y Nacho, y quien tenga alguna duda échele un vistazo a las redes sociales de este par de tortolitos.
El actor de la recordada serie “Somos Tú y Yo” y actual conductor del programa “El Avispero” de Televen, no deja de twittear y retwittear cuanto mensaje en apoyo a la impactante rubia.
No obstante, otra que también estaba mantenía una relación afectiva, pero ya la concluyó, es la miss tenista, Michelle Bertolini, quien en su momento sostuvo un romance con Jonathan Molly. Honestamente, ellos si que no pegaban ni con pega loca.
¡Cambio y fuera!