Quienes fueron testigos del descomunal concierto que ofreció la banda finlandesa Apocalyptica el pasado jueves, en el Centro Internacional de Exposiciones Caracas (CIEC),
de la Universidad Metropolitana, todavía le deben estar sonar en sus oídos las majestuosas notas que ejecutaron los músicos.
Fue un concierto irrepetible que enajenó a su público de principio a fin, quienes los ovacionaron hasta el cansancio, como lo hicieron en su primera visita (2005).
Antes de que los finlandeses estremecieran el recinto, la banda nacional de rock sinfónico Sibelius hizo de las suyas y prendió la fiesta musical a las 8:00 pm., con el tema Variation y cerraron con Rising Force. Regalaron media hora de show en el que interpretaron seis temas a la perfección.
A las 9:00 p.m, llegaron los cellistas Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen, Perttu Kivilaakso y el baterista Mikko Sirén, quienes retumbaron el salón con su presencia. Comenzaron el repertorio con On the Rooftop With Quasimodo y Grace.
La mezcla de rock sinfónico, llevados por contundentes cellos que tomaron vida propia, con prodigiosas manos, junto a un baterista monstruoso que sonaría a gloria, era el abreboca de lo que vendría.
«Hola Caracas, ¿están preparados para Apocalyptica? Vamos a tener un gran show», dijo uno de los músicos de forma eufórica. Más tarde, repetidas veces, gritarían con entusiasmo el nombre de Venezuela. Por momentos tocaban sus instrumentos con mucha fuerza, pero en otras ocasiones acariciaban las cuerdas con tal exactitud que dejaban boquiabiertos a los asistentes, su talento no tenía límites.
Entre lo académico y su arrolladora fuerza metalera no pararon durante 90 minutos e hicieron sonar temas de su último álbum 7th Symphony (2010).
Interpretaron el cover de Master of puppets de Metallica, con el cual el público cantó cada frase y disfrutó los solos hechos por sus cellos.
Contaron con un invitado especial, el vocalista Tipe Johnson, quien interpretó I’m not Jesus, quien también batió su melena como el resto de los integrantes de Apocalyptica, que no sólo ejecutan su instrumento con ímpetu, sino que movían su cabellera de forma impresionante al ritmo de sus notas.
Virtuoso
Perttu Kivilaakso se quedó en el escenario para regalar un solo de cello, y entregado, hipnotizó a todos con su magistral ejecución, el silencio reinó por pequeños segundos. Siguió Bittersweet que se unió al cover Nothing else matters de Metallica.
Perttu hizo un alto para presentar a la banda y no desperdició el momento para elogiar a Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica como «una de las más grandes del mundo».
Toda la intención de la banda estaba puesta en complacer a sus seguidores y, con palabras en español, animarlos.
Les pedían más aplausos y que saltaran. Su energía y fuerza en la tarima parecía no agotarse.
Uno de los momentos más explosivos fue Seek and destroy (Metallica). «Es muy emocionante ver tanta gente feliz», comentó Toppinen.
Otro cover Inquisition Symphony de los brasileros Sepultura sonó en el recinto.
Ya sin camisas Eicca Toppinen y Perttu Kivilaakso Apocalyptica dejaron el escenario por unos minutos.
Por: Mayelit Valera
Fotos: Carlos Lopez y Jocelyn Parra
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