»Es un personaje que está cargado de buena vibra, es muy sabroso, humano. Toño es como un niño. Siento a veces que Nayarit lo cría», de esta manera describe el actor Alfonso Medina

al personaje que interpreta en la telenovela El Árbol de Gabriel, con el cual se encuentra debutando en Venevisión.

En este sentido, el artista señaló que en esta primera participación en pantalla del canal de La Colina  el ambiente de trabajo ha sido muy ameno, “con calorcito humano. La experiencia ha sido excelente. Gracias a Dios me ofrecieron esta gran oportunidad. Muy agradecido y feliz, y le voy a poner mi  cariño y esmero para hacer de este personaje y la telenovela en general un éxito”.

El actor recordó aquellos tiempos en los que se iniciaba en la actuación, y comenzaba a tocar puertas para concretar sus sueños profesionales.  Luego de un tiempo en Canarias regresó al país para prepararse académicamente en artes escénicas.

Su primera participación en la pantalla chica fue en la telenovela Rubí Rebelde en el año 1995. Al año siguiente, se une al elenco del dramático La llaman Mariamor, y en 1997 le llega a las manos su primer gran personaje cuando lo contrata Marte Televisión para trabajar en la telenovela Llovizna. A esta producción le siguieron, Aunque me cueste la vida, Mujer secreta, Viva la pepa, Trapos íntimos, Mujer con pantalones, El desprecio, Toda una dama y Redención de amor.

Además, el actor estuvo trabajando junto a Norkis Batista y Rosario Prieto en el sitcom  Esto es lo que hay y, más  adelante se adentró en el mundo de la animación con el programa de concurso, Montado en la olla. El teatro también recibió el talento del actor, quien estuvo presentándose en el monólogo Cómo acabar con su marido en el Teatro Luisela Díaz.

– Antonio, como le dicen por cariño “Toño”, es un hombre noble y que ama Nayarit, ¿caerá en las redes de Dilenys?
– Toño es un tipo noble, es un ejemplo a seguir para muchos. Se consiguió una buena mujer. Es un ejemplo de padre. Tiene muy buena relación con este hijo político y con su esposa Nayarit. Tiene un buen sentido del humor, es muy simpático y muy querido en el barrio donde vive. Es muy carismático. Toño es fiel, aunque se crea que no existe hombre así en la vida real como en la ficción. Toño es fiel a pesar de las tentaciones que tiene alrededor, como lo es Dilenys, (Vanessa Di Quattro) ella siempre le ha gustado Toño, y se le insinúa y le envenena la mete para despertar sus celos hacia Nayarit.

–  ¿Qué es lo que más te ha gustado de trabajar por primera vez en una telenovela de Alberto Barrera?
– Él es un escritor muy exitoso y hasta donde he leído los capítulos de esta historia, puedo decir que me encanta, porque está manejando muy bien tanto el drama como el humor, esta fusión me parece excelente porque así es la vida real. Nadie puede estar amargado o estar en medio de una guachafita todo el tiempo, pues llega un momento en el que tienes que pisar tierra, reflexionar, molestarte o alegrarte. Eso le va gusta mucho a la gente.

– ¿Presentar la vida tal cual, es unos de los detalles que le van a llamar la atención al público?
– Creo que sí, porque El Árbol de Gabriel presenta personajes reales, humanos, que los puedes conseguir en una urbanización, en el barrio. Los televidentes  se van a sentir identificados con Toño, con Nayarit (Elaiza Gil) , con Gabriel León, con cualquier personaje del elenco. Alberto Barrera está manejando todas las emociones en cada uno de los personajes de esta historia, eso es genial.

– Luego de tu separación, ¿quién ocupa tu corazoncito?
– Tengo una hija que es un milagro de Dios. Se llama Rosaura del Valle Medina Aquino. Tiene tres años de edad. Actualmente estoy solo, pero estoy tranquilo, dedicado a la telenovela y a mi hija, a quien trato de ver todos los días. Trato de pasar tiempo de calidad con ella y darle todo mi amor y cariño, así como mi hija me lo da a mí. Le pido a Dios que me de la sabiduría necesaria para poder criar a mi hija con los mejores valores cristianos y con la mejor formación académica en pro de su bienestar, para que el día de mañana ella se forje un buen futuro.

– ¿Cómo quisieras que fuera tu hija el día de mañana?
– Quisiera que vaya siempre de buena fe y de buena voluntad en la vida, que sea siempre humana, digna, honesta, trasparente, sin hacerle daño nadie. Me gustaría que se aleje de toda mediocridad.