El piso del aeropuerto de Maiquetía se ha convertido en el escenario de las despedidas en Venezuela, de familias rotas, de parejas que se dicen ‘hasta pronto’ sin saber cuándo volverán a verse, de sueños inconclusos.

A la obra de Carlos Cruz-Diez, la envuelve un extraño aire de nostalgia, el rastro de quienes algún día vieron frustradas sus ganas de seguir intentando en el país.

Rodeado de tantas historias, en tiempos de la diáspora venezolana, mucha es la inspiración que ha causado a varios artistas nacionales. María José Ovalles ganó el concurso de Cartas de Amor, al dedicarle una conmovedora carta a la cromointerferencia de color aditivo, en la que manifestó su anhelo de que, algún día, el piso del aeropuerto vuelva a ser un lugar de recuerdos y bienvenidas.
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El músico Luis Martínez se vio reflejado en esas letras. Por eso, decidió regalarle una gaita a los venezolanos que, como él, experimentaron ese vacío al tener que abandonar su tierra: “Me vino a la mente que lo que allí se decía en poesía era una cruda realidad. Esa magistral obra del Maestro Carlos Cruz Diez, estaba siendo transformada, de alegria a tristeza, de bienvenida a despedida. Y, bueno, me decidí a plasmar esas ideas, ese sentimiento, en Gaita con la ayuda de mi gran amigo Jose Miguel quien tiene el don de la composición”.

Así Martínez ofrenda sueña con regresar un día a ese país que conoció: “Todos los días de mi vida sueño con regresar y escuchar en los parlantes de algún aeropuerto ese llamado que diga ‘Pasajeros con destino a Caracas Venezuela, abordar la puerta número..”.

A su manera y desde Texas, el músico venezolano, sigue creyendo en su país. Y él, como cientos de migrantes, esperan que un día vuelvan a pisar ese piso y las lágrimas sean, al fin, de la felicidad de un reencuentro.

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