La cantante se sintió sobrecogida cuando empezó a trabajar con el productor Rick Rubin para su álbum ’21’, ya que el estudio donde trabajaban, el Shangri-La de Malibú,

había sido usado con anterioridad por algunos de los héroes de Adele, como Johnny Cash o los Red Hot Chili Peppers.

«El primer día sufrí un ataque de nervios. Se me fue la cabeza y me eché a llorar y tuve que salir a pasear por la playa, para recomponerme. Después de aquello, ya me sentía bien, aunque aún un poco rara. En uno de los descansos, Rick se dirigió a su ingeniero y le dijo: ‘¿Recuerdas cuando tuvimos el mismo problema con Johnny Cash? Otro día, Kid Rock se dejó caer para grabar algo mientras yo me fumaba un cigarrillo fuera. Me sentí como si hubiera tenido una experiencia astral», declaró la cantante.

Adele también admitió que le entró «el pánico» cuando, en un viaje, se bloqueó mientras intentaba componer su segundo disco.

«Siempre pensé que podría escribir estando de gira, pero aquella vez no pude. ¿Cómo lo superé? No lo hice. ¡Puta madre, me entró el pánico!», confesó a la revista Q.