Mila Kunis ha decidido dejar de bailar para siempre. El rodaje de Black Swan fue tan duro que la actriz se alegra de que sus movimientos quedaran registrados en celuloide, porque nunca más los volverá a repetir.

Claro que no hablamos de que la joven vaya a dejar de moverse hasta en las discotecas. Kunis ha anunciado que «nunca más» bailará… ballet, pero quizá salir de fiesta no sea tan traumático para ella.

«Perdí 9 kilos. Me rompí un ligamento. Me disloqué un hombro. Tengo dos cicatrices en mi espalda», ese es el balance que Kunis hace sobre el rodaje de Black Swan, según recoge Showbiz spy.

Sin embargo, afirma que «cada minuto mereció la pena» durante esos duros meses, aunque no se anima a repetir la experiencia por muy enriquecedora que fuera.

«Yo estaba en plan: ‘Bueno, uso tacones, puedo hacer esto’. Estaba equivocada. Los (zapatos) Christian Louboutin son incómodos, pero grité la primera vez que me puse las punteras», continúa explicando.

Es por eso que Kunis se alegra de que su actuación «esté registrada en película», porque «nunca» se volverá a poner esas punteras; prefiere los tacones y las discotecas.