Cuando la fama no es el objetivo sino consecuencia las reacciones positivas y negativas son evidentes. De pequeños nos preguntan en metas profesionales, sueños irrealizables,

fantasías, metas, pocas veces creemos que podrían llegar a materializarse.

Pasó el tiempo. Madurar me hizo darse cuenta de que no todo siempre es como quería pero aprendí que lo difícil deja el mejor sabor de boca. Hoy:

Me acepto tal cual como soy, centrándome en lo importante, en mis amigos, mi familia y mi pasión por el arte.

Mi cuerpo NO perfecto podía ser igualmente admirado y mi vientre algo abultado generó la vida del motivo de mis días.

Mi «actitud» es el mejor vestido que he usado y mi «estilo» es el mejor gimnasio que he visitado.

Valoro cada centímetro de la caja que resguarda muy celosamente un corazón y un cerebro siempre dispuesto a dar más.

No acepto un NO como respuesta, he reconocido mis errores y me siento a vivir de lo que he soñado.


Caigo divina en tacones e igualmente puedo levantarme.

Me mantengo fiel a lo que soy y de donde vengo.

Aprendí que estar de malas, tener celulitis y amanecer deprimida es de humanos; soy una digna representante del género.

Dejé de desear y comencé a vivir.

Comprendí lo inevitable que es ser envidiado cuando la seguridad es la bandera y el arte lo llevas en las venas.

Lucho por descansar mi cabeza tranquila y relajada en la almohada de mi cama, a mantenerme leal a lo que soy y JAMÁS dejar de vivir mis sueños.


Cumpliré mi promesa de buscar siempre soluciones no problemas y de no volver a castigarme por no ser
perfecta.

Agradecida por el AMOR y desechando el odio, tengo el valor para pedirte: Si me vas a criticar PUEDES BESAR MI HERMOSO CULO GORDO.